Utilizando las enseñanzas transmitidas por Victor Manuel Gomez Rodriguez y sus colaboradores principales durante su vida terrenal se han creado muchas Instituciones Gnósticas, que expresan la enorme variedad de enfoques que la Gnosis (la enseñanza) puede tener.
Desde fervientes creyentes de la Biblia, con sus innumerables interpretaciones asociadas a la Gnosis, hasta corrientes vinculadas al Buddhismo, al Hinduismo, Teosofismo, Metafísica, Ovnilogía, etc..
Esta variedad de enfoques distintos de una enseñanza, se origina en distintos personajes que, habiendo sido partícipes en la vida de Victor Gomez, se convirtieron en intérpretes del Maestro Samael Aun Weor, y congregan a su alrededor a miles y miles de personas que, deseosas de encontrar respuestas a sus inquietudes espirituales, aceptan de buena fé la conducción de estos Líderes
Algunos de ellos tuvieron participación activa en la vida y obra de Victor Manuel Gomez: su esposa, Arnolda Garro (V.M. Litelantes), Julio Medina Vizcaíno (V.M. Gargha Kuichines) y Joaquín Amorteguí (V.M. Rabolú).
Ellos tuvieron importantes cuotas de participación en las Instituciones creadas por Samael, pero tuvieron especial influencia luego de la muerte de Victor Manuel Gomez Rodriguez.
Otras personas relacionadas con Samael, sus hijos Hypatia y Osiris Gomez Garro, son también actores principales de Instituciones Gnósticas.
Hay otro grupo de personas que, conociendo en vida a Samael, recibieron sus enseñanzas y las interpretan, los Misioneros. Alli encontramos a personas muy cercanas a Samael, otras que ocasionalmente compartieron su enseñanza, y muchos que, sin siquiera haber estado cerca de Samael, se jactan de haber sido discipulos del Avatara, engañando a sus seguidores.
Este grupo es muy variado, tenemos a Efraín Villegas Quintero (alias V.M. De Soto), Oscar Uzcátegui (Alias V.M. Kwen Kan), Fernando Salazar Bañol, Rafael Vargas, Fernando Moya, por citar a los más conocidos.
La gran cantidad de Instituciones Gnósticas, viven un proceso que lo podemos comparar con el desarrollo y desenvolvimiento de cualquier ser humano en esta Tercera Dimensión.
Veamos lo siguiente.
Cualquiera de nosotros, desde el nacimiento, nos enfrentamos a un cúmulo de experiencias que van formando nuestro carácter y nuestro sentir a lo largo de los años. La infancia, la niñez, la adolescencia, la juventud, el adulto joven, el adulto maduro, el envejecimiento, son las principales etapas en el lapso de existencia entre nuestro nacimiento y la muerte física.
En cada etapa., en cada ciclo de nuestro desarrollo, nuestros conocimientos de la vida y su problemática, nos llevan a asumir posturas y acciones propias al desarrollo que vivimos.
En la niñez, dependemos absolutamente de nuestros padres. Ellos son nuestro sustento y quienes nos imprimen sus creencias, sus convicciones, sus temores... Ellos, nuestros padres, son a nuestros ojos de niños, seres perfectos, sabios, de conducta intachable. Para un niño, su papá o su mamá es la mejor del mundo, no se puede comparar con nadie, porque nadie es más perfecto que ellos.
En el Kinder, en los primeros años de la infancia, los niños pelean si alguien habla mal de sus padres, los defienden a toda costa. No toleran que alguien los critique.
En la adolescencia, ya aparece la crítica, la rebeldía hacia los padres. No se aceptan las ideas paternas y se experimentan nuevas experiencias, distintas o similares a lo que vivieron sus padres, buscando reafirmar o descubrir nuevas concepciones de la vida.
En el adulto, cuando se independiza de sus padres y asume el compromiso de formar su propia familia, descubre que sus padres tal vez no eran lo perfecto que parecían ser, que ante determinadas situaciones planteadas en la vida se equivocaron, y, por su propia lucha, comienza a aceptarlos con otra mirada, con otro percepción más completa, aceptando sus virtudes y sus defectos.
Por último, en la vejez, trata de volcar sus experiencias a su familia para que no sufran determinados males, para que se equivoquen lo menos posible.
¿ Que ocurre en las Instituciones Gnósticas ?
En mi opinión, nos encontramos en la etapa de la niñez.
Cada grupo tiene de su Líder una imagen perfecta, lo ven como el auténtico transmisor de la Gnosis, y no aceptan a ningún otro Maestro o Líder Gnóstico.
Como niños, especialmente los Grupos Misionales, se enfrascan en luchas dialécticas defendiendo cada uno a su Grupo, sin darse cuenta que deberían ser todos exponentes de una misma sabiduría, la Gnosis.
Nos falta madurez para comprender que las humanas personas que intervinieron en la difusión del Gnosticismo, empezando por Victor Manuel Gomez Rodriguez, fueron personas con defectos y virtudes, con Ego y Esencia, que ellos, a pesar de ser Boddhisatwas, tuvieron aciertos y errores.
Y que lo fundamental de la Gnosis no es adular a sus Maestros, es lograr la Auto-gnosis, la Auto-realización íntima del Ser.
Cuando logremos ver a nuestros Maestros en forma íntegra, cuando logremos vivenciar las diferencias entre el Ser y su Persona Humana, su Boddhisatwa, encontraremos que lo que nos une es LA ENSEÑANZA, LA GNOSIS.
Tal vez allí surja la unidad entre las Agrupaciones Gnósticas.
Pero si no trascendemos la etapa infantil de las Instituciones, el gnosticismo de Samael DESAPARECERÁ, fagocitado entre las luchas internas de sus adherentes y las inagotables interpretaciones distintas de una misma enseñanza.
Alejandro Zalazar